Jéymar Márquez: el más ducho para las artes audiovisuales

El hombre construye en Medellín sus sueños familiares y profesionales mientras impulsa la creatividad audiovisual.

26 de noviembre de 2024
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El destino hizo que Jéymar Márquez terminara viviendo en Medellín. Este venezolano, apasionado por la comunicación y el cine, cambió drásticamente de vida cuando el amor lo llevó a la capital de Antioquia.

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Desde entonces, no solo ha construido una familia con una paisa que conoció en redes sociales, sino también una carrera sólida en el ámbito creativo.

Desde que tenía 13 años, Javier amó lo audiovisual. Inició por la locución y dos años más tarde se dedicó al teatro. Después empezó a editar, a los 17 años comenzó sus estudios en medios audiovisuales, en la Universidad de los Andes, en Mérida, Venezuela. Allí conoció el cine, la radio y la televisión, desde ese momento no se dedicó a otra cosa que no fuera a la comunicación.

Ya adulto, su carrera lo llevó a explorar nuevos horizontes: primero Argentina, donde formó un equipo de producción audiovisual, y luego Bolivia, allí estuvo a punto de cumplir uno de sus sueños: ser la voz oficial de un canal de televisión, pero en ese momento fue cuando se enamoró de una antioqueña y esto le cambió la vida.

Construyendo sueños en Medellín

Ya en Medellín, Jéymar tiene varios proyectos: el primero es el desarrollo de su marca personal, impartiendo talleres de comunicación y locución, y trabajando como filmmaker independiente; el segundo, fundó la productora Proyecto Nodriza, un equipo compuesto por cuatro venezolanos y cuatro colombianos. La productora trabaja desde la creación de contenido digital hasta campañas completas para medios.

“Somos amigos que antes de que el destino y la suerte nos uniera en Medellín, trabajamos desde Venezuela y tenemos la confianza y amistad. Ya aquí decidimos unir fuerzas, hacer empresa y constituirnos legalmente”, dijo y recordó que junto con el estratega de la organización tenían una banda musical en su país de origen.

Una de las experiencias más enriquecedoras para Javier fue participar en el Festival Smartfilms Colombia, con su corto Inlak’ech, inspirado en la frase maya que significa “yo soy otro tú”, y en el que se exploró el tiempo y cómo transcurre para todos.

Jéymar da talleres de comunicación y locución

/ FOTOS: CORTESÍA JÉYMAR MÁRQUEZ

En el evento, Inlak’ech recibió un reconocimiento y se quedó con el quinto puesto de al menos 100 cortos que pasaron a la última fase de la convocatoria.

Además, el corto no solo recibió elogios de figuras reconocidas como Dago García, sino que también destacó por su enfoque único. “Lo más gratificante fue ver cómo el festival se convirtió en un espacio para compartir nuestro trabajo y celebrar el esfuerzo colectivo”, comenta.

Para Jéymar, su sueño ya es una realidad: vivir de sus pasiones y ver crecer a su hijo en Medellín. Pero su visión no termina ahí. Aspira a contribuir al fortalecimiento de la industria cinematográfica en Latinoamérica.

“Espero ser uno de los engranajes que logre que nuestra región sea vista como una potencia cinematográfica mundial”.

Desde su llegada a Medellín, este venezolano no solo ha logrado construir un hogar lleno de amor, sino también una carrera que lo conecta con su pasión y sus raíces. Su historia refleja la capacidad de reinventarse y de apostar por lo que realmente importa, dejando huella en cada proyecto que emprende.