Campesino perdió una pierna tras pisar una mina antipersona en Urrao
El hombre, de 54 años, fue trasladado a Medellín, donde tuvieron que amputarle una pierna.
Un grave accidente con una mina antipersona volvió a encender las alarmas en el Suroeste antioqueño. Esta vez, la víctima fue un campesino de 54 años que perdió su pierna izquierda después de activar uno de estos artefactos explosivos en la vereda Pavón Llanogrande, zona rural del municipio de Urrao.
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El caso ocurrió en la mañana del martes, cuando el hombre realizaba sus labores diarias en un trayecto que suele recorrer. Al pisar la mina, la explosión lo dejó herido de gravedad. Fueron los mismos habitantes del sector quienes corrieron a ayudarlo, improvisaron los primeros auxilios y lo llevaron al hospital local. Debido a la complejidad de las heridas, tuvo que ser trasladado al Hospital Pablo Tobón Uribe de Medellín, donde finalmente los médicos confirmaron que la pierna no pudo salvarse.
Antecedente: EN VIDEO: Joven quedó gravemente herido tras pisar mina antipersona en Urrao
Este hecho puso de nuevo sobre la mesa la preocupación por la presencia de minas antipersona en zonas rurales de Antioquia, una problemática que afecta a campesinos, niños, caminantes y a cualquier persona que dependa del territorio para trabajar y vivir.
Las autoridades departamentales acompañan a la víctima y a su familia mientras avanzan las investigaciones sobre la presencia de estos artefactos en la zona. También recordaron a la comunidad la importancia de reportar cualquier señal sospechosa y evitar caminar por lugares no conocidos o caminos que se consideren inseguros.
Las cifras muestran que la situación no da tregua. En lo que va del año ya van 23 víctimas por minas antipersona en Antioquia, entre ellas 15 civiles y 8 militares. Urrao es uno de los municipios más golpeados y este caso se convierte en el segundo registrado allí durante 2025.
Habitantes de la región siguen pidiendo medidas más rápidas y eficaces para limpiar las zonas afectadas y prevenir nuevas tragedias. Aunque en muchos pueblos se han realizado charlas y campañas de prevención, campesinos insisten en que el riesgo sigue latente porque hay veredas enteras donde nadie sabe cuántas minas hay ni dónde están ubicadas.
El drama del campesino de Urrao refleja un problema que todavía deja dolor y miedo en muchas familias del departamento. Mientras llega una solución más definitiva, la comunidad se mantiene alerta para evitar que más personas caigan en estos artefactos que siguen marcando vidas y territorios.
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