
El Comité Internacional de la Cruz Roja envió un mensaje a todos los países del mundo que no han tomado medidas para prevenir y mitigar los efectos del Covid-19 en los centros de reclusión, para que hagan lo necesario para proteger la salud de los detenidos y la de su personal.
“El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) teme la brutalidad con la que el Covid-19 podría llegar a los lugares de detención, ya que la población carcelaria es particularmente vulnerable a las enfermedades infecciosas”, señaló el organismo desde Ginebra.
Dos reclusos habrían muerto por causa del Covid-19.
La entidad manifestó que el agua potable es un lujo en muchas cárceles, y es probable que en muchos países no haya jabón, desinfectantes a base de cloro y otros elementos esenciales, especialmente en países de bajos ingresos o aquellos que son plagados de conflictos.
Además, resaltó que muchas cárceles en el mundo están “superpobladas”, lo que hace imposible cumplir con reglas de distancia social; la mayoría tampoco cuenta con ventilación adecuada y los servicios de salud son rudimentarios, aspectos que aumentan el riesgo de transmisión de enfermedades.

El jefe de la unidad de detención del CICR, Vicent Ballon, explicó que las cárceles no son más inmunes a las epidemias que el resto de la sociedad, por lo que cualquier virus puede entrar y salir de estos lugares de acuerdo con los movimientos de los familiares.
“Es absolutamente esencial proteger la salud de los detenidos, no solo por su propio bien, sino también por el bien del resto de la población”, señaló Ballon, quien insistió en que los lugares de detención deben adaptar sus reglas y procedimientos internos para reducir el riesgo de contaminación.
Consejo Superior hizo observaciones sobre el tema de excarcelación por Coronavirus.
El CICR señaló que mejorar el acceso al agua limpia, proporcionar artículos de higiene y otras medidas básicas, como la instalación de lavado de manos, son eficaces contra la transmisión de enfermedades infecciosas dentro y fuera de las cárceles.
“Los problemas y la escasez que prevalecían en los lugares de detención antes de la crisis de Covid-19 no han desaparecido. Si la enfermedad cruza los muros de la prisión, estas deficiencias podrían incluso aumentar los riesgos para la salud de los presos y el personal”, advirtió Ballon.

Por eso, el CICR también invitó a las autoridades a que pongan a disposición de los detenidos otros medios para mantener el contacto con sus seres queridos (llamadas telefónicas o videollamadas), y les brinde apoyo directo a este respecto.
Colprensa