A Tatiana Ariza lo médico solo le va en la TV

Helena es quien llegó a complicarle la vida a los protagonistas de ‘Enfermeras’. Este personaje de amores y odios es interpretado por la manizaleña Tatiana […]

Helena es quien llegó a complicarle la vida a los protagonistas de ‘Enfermeras’. Este personaje de amores y odios es interpretado por la manizaleña Tatiana Ariza, una carismática mujer que recuerda con gracia que en la vida real quiso dedicarse a la enfermería, pero que la echaron, prácticamente, por ser mero corazón y poco de medicamentos y procedimientos. Como quien dice, de enfermera, solo en la actuación.

La actriz, amante de los animales y enamorada hasta los huesos de su profesión, su hermano Mateo y su gato Amir, es además bailarina de danza árabe y una defensora de la comunidad LGBTI, no en vano ejecuta tanto en su ciudad natal como en Bogotá un proyecto con transexuales, algunos de ellos metidos en el cuento de la prostitución.

Tatiana ya se había puesto en los zapatos de una enfermera en ‘Sala de urgencias’ y fue este papel el que le dio las bases para hacer ahora de médica (Helena) y no los 4 semestres que estudió en la Universidad de Caldas. De eso y muchos más nos habló.

¿Qué tal el personaje de Helena?

“La prioridad era poner un conflicto en la relación de los protagonistas. Evidentemente en la dramaturgia es un personaje antagónico que por sus características no tiene un perfil anatagónico, pero por las circunstancias sí. Hay mucha gente que dice: ‘finalmente ella no es mala, ella es humana’. Ella está enamorada de Carlos Pérez y va a hacer lo que tenga que hacer. En ese lo que tenga que hacer llega la antagónica. Ahora, no, no se ve absolutamente nada, pero lo que viene lo va a hacer bastante consciente”.

¿Cómo fue esa preparación?

“Hace 4 años hice Lucy en ‘Sala de urgencias’, entonces toda la parte médica me ayudó. Además, yo fui enfermera 4 semestres en Manizales estudiando enfermería y estoy catalogada como la peor enfermera en la Universidad de Caldas, con eso te digo todo (risas)”.

¿Cómo fue eso?

“Había un paciente que tenía poliomielitis de nacimiento. Un día me dijo: ‘yo no me quiero tomar todos los medicamentos que me dan, porque siento que me hacen más daño’. Yo, en mi romanticismo, dije: ‘ok, ¿qué quieres hacer?’, y me pidió que le quitara los medicamentos y me deshiciera de la bandeja de pastas. Yo tenía una gran amiga, que era peor que yo, y le dije que probáramos un mes. La bandeja de pastas se las daba a mi amiga y don Guillermo empezó a mejorar. Después del mes, la jefe, que además me odiaba, me llamó. Me dijo que mirara el jardín y haz de cuenta que hubiera nevado. Mi amiga había botado las pastillas durante el mes en el jardín. Me mandaron a hablar con el decano -yo creo que yo le gustaba- y el decano me la perdonó y me dio otra oportunidad”.

Y tampoco la aprovechó…

“Era el día de los abuelos. Estábamos en un ancianato haciendo prácticas y la jefe dijo que íbamos a llevar croché. Yo dije: ‘qué aburrido’ y propuse hacer la celebración con presentaciones de bailarines de tango. Hasta ahí todo iba bien, hasta que mi amiga dijo: ‘traigámosles vino’. Entró la jefe y había pacientes que no podían tomarse una sola copa y ahí ya me echaron. El decano dijo: ‘no puedo hacer nada más, ya es demaciado’ (risas)”.

Tatiana ltambién estará en ‘El general Naranjo’, la serie que próximamente emitirá el canal Caracol.

¿Desde cuándo supo que lo suyo era la actuación?

“Siempre. Creo que en otras vidas había hecho otras cosas y en esta era actriz o actriz. Era una cosa que yo tenía y sentía. La única en la familia que optó por este oficio, pero absolutamente convencida y amorosa por lo que hago”.

¿Se desordena de vez en cuando?

“En Manizales tomaba más y tenía más vida social. Ahora terminas tan cansada y estás tan enfocada que no sales mucho. Amo el ron profundamente, pero ahora son los parches de apartamento, amigos, superbohemio”.

¿Qué es eso que hace con la comunidad LGBTI?

“Tengo un proyecto desde hace muchos años, desde Manizales, con transexuales. Algunos en prostitución y otros no. Se llama ‘Hoy no somos putas, sí somos princesas’. Lo que pretende es que con las danzas árabes montamos un espectáculos y ellas se presentan en diferentes escenarios.

En Bogotá me llamó la corporación Red Somos interesada en replicarlo y lo empezamos acá”.

Con tanto tiempo trabajando, ¿piensa en matrimonio… hijos?

“Casarme, sí. No creo en la institución de orden que ha creado la iglesia, pero creo en el compromiso profundamente. Hijos, en el momento fueron muy importantes y dije sí. Ahora no sé. Que lleguen cuando tengan que llegar y si no, creo que la adopción también es una buena alternativa”.