
El ingenio paisa sigue brillando en estos momentos de crisis. Este es el caso de investigadores e instructores del Centro de Tecnología de la Manufactura
Avanzada del Sena, quienes se cranearon un robot, o como ellos lo llaman, un asistente de observaciones médicas, con el que esperan apoyar a los profesionales de la salud de la Clínica Universitaria Bolivariana -UPB- en Medellín, en donde aún no atienden pacientes con Covid-19 pero sí se preparan para la llegada de posibles casos.
La idea también es permitir que estos pacientes, por medio de una videollamada, puedan tener comunicación con sus familiares, debido a que por la enfermedad, una de las situaciones más difíciles que deben enfrentar quienes terminan hospitalizados, es que no pueden ver a su familia mientras son tratados por el personal médico.

El Robot, que tiene un peso de 23 kilos, 40 centímetros de ancho, 40 de largo y 1,30 de alto, cuenta con sensores para la toma de temperatura y permite una distancia con el paciente de 6 centímetros aproximadamente. Se maneja a través de una aplicación que funciona con el sistema operativo Windows y los comandos de control se envían por WiFi.
La comunicación se hace a través de una videollamada en altavoz, cuidando así al médico tratante y al personal de enfermería. Según datos de los investigadores, con el robot se reducen las interacciones físicas de 4 profesionales por paciente, lo que minimiza el riesgo de contagios. Además, permite que los pacientes se puedan comunicar con sus familiares para evitar episodios de depresión o ansiedad.
Según explicaron, también se analiza la posibilidad de que el robot pueda entregarle a los pacientes que se encuentran aislados insumos o medicamentos de administración oral, al igual que la toma de temperatura.
Ya en la clínica se están realizando sin pacientes las pruebas de este desarrollo.