EN IMÁGENES: La toma callejera, un puente de integración para la población migrante en Medellín
El evento mostró todo lo que las organizaciones sociales e instituciones tienen
para ofrecerle a las personas que llegan al territorio.
Con arte, colores, música y baile, el centro Intégrate creó algo más que solo una celebración de la diversidad cultural y la unión entre Colombia y Venezuela. La toma callejera ‘Reconociendo nuestras voces en la calle’ unió migrantes y organizaciones de base comunitaria para mostrar las oportunidades que tiene la población que llega a Medellín.
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La migración en la capital paisa ha cambiado la dinámica social de varios barrios, abriendo oportunidades para que las comunidades, sean migrantes, colombianos retornados o población de acogida, se conecten y logren la integración social en los territorios.
Un espacio de encuentro y orientación
El centro Intégrate (calle 59 #45-53), ubicado en el barrio Los Ángeles cerca a Prado, es un centro de apoyo y orientación para migrantes venezolanos, colombianos retornados y de la población de acogida.
Luz Ángela Álvarez, líder del programa de la Secretaría de Inclusión Social y Familia, aseguró que es importante hacer estas tomas callejeras porque permite que las personas que recién llegan a la ciudad se sientan bien.
Este es el tercer año que se realiza la toma y aunque solo se hace una vez al año, este tipo de espacios demuestran que en Medellín hay lugar para todos los que quieren formar su proyecto de vida.
Junto a este evento también se desplazarán los servicios del Intégrate a las comunas, todo para que la población conozca los múltiples programas que tienen para ofrecer.
“Llevamos la oferta a las zonas que identificamos y que requieren nuestro acompañamiento. También tenemos un punto de atención físico que es el Intégrate y estamos trabajando con gestores comunitarios en ocho comunas para que, a través de ellos, la población pueda enterarse de toda la oferta”, dijo Luz Ángela.
Las organizaciones de base comunitaria tienen un papel fundamental en los espacios de integración, ya que logran acercarse a las personas en un ambiente festivo y relajado, facilitando la interacción y promoviendo el intercambio de experiencias, dudas, tradiciones y desafíos que encuentran en su territorio.
Para Dayana Parra, directora de la organización Abrelazos, en este tipo de espacios las comunidades conocen y abren su mente a nuevas experiencias.
“Me gusta integrar la cultura venezolana y colombiana. Siempre he creído que la población puede reconocer cada una de las oportunidades que tiene en el territorio”, dijo.
Las tomas callejeras permiten que la población migrante sea parte activa de la ciudad y comienzan a tejer nuevas relaciones con la comunidad local, mostrando no solo lo que necesitan sino también lo que pueden ofrecer.
Una de las organizaciones presente en el evento fue Tduk, un junte de profes venezolanas que ayudan con el refuerzo escolar de los niños migrantes y de formación en temas de salud mental para apoyar a las mujeres.
Las tomas callejeras no son solo una fiesta en las calles; son un símbolo de oportunidades y de una Medellín más inclusiva a través de la convivencia, el conocimiento y el entendimiento entre migrantes y locales.