De las calles a la cima: Jonathan Vergara brilla con su puntaje Icfes

Este joven de 35 años pasó de la calle a ser el mejor de Bogotá en las pruebas.

09 de noviembre de 2025
Viral

Jonathan Julián Vergara, un muchacho de 35 años que le ha tocado duro, hoy tiene un motivo gigante para celebrar: sacó el mejor puntaje del Icfes en educación flexible en Bogotá. La noticia lo dejó tan sorprendido que lo primero que hizo fue llamar a su mamá, quien rompió en llanto al escuchar que su hijo, después de tantas batallas, estaba cumpliendo uno de sus sueños.

También le puede interesar: ¿Tiene el predial al día? Disfrute de parques en Medellín por $ 10.000

Y es que la historia de Jonathan no ha sido fácil. Pasó más de seis años viviendo en las calles de Bogotá, lejos de su familia y metido en el consumo de drogas. “Perdí lo que más quería: mi familia y, sobre todo, a mi hijo”, recuerda. Todo cambió un 31 de diciembre, cuando decidió que no quería seguir así y buscó ayuda para empezar de cero.

Ahí entró al programa Cipreia, una estrategia de educación flexible para personas que están dejando la vida en calle. Allí volvió a aprender lo básico: leer, escribir, reforzar matemáticas, ciencias y lenguaje. Con el tiempo recuperó la disciplina, la constancia y terminó el bachillerato. A pesar de que un accidente le dejó una discapacidad en su brazo izquierdo, nunca se rindió.

Sus profes fueron quienes le dieron la sorpresa del puntaje. Jonathan cuenta que, al inicio, ni se la creyó. “La paciencia de los profes fue clave. Todo lo que me enseñaron se me quedó”, dice orgulloso.

Ahora que ya terminó el colegio, sueña con estudiar algo relacionado con el medioambiente y el reciclaje, temas que le llaman la atención y con los que espera aportar algo bueno al planeta. Su grado será el próximo 20 de noviembre y lo celebrará con su familia, quienes hoy lo ven como un ejemplo de que sí se puede levantar después de tocar fondo.

Aunque él mismo reconoce que llegó a la calle siendo muy niño y rodeado de malas influencias, también insiste en que pedir ayuda fue el primer paso para cambiar. Su historia se ha convertido en un símbolo de esperanza para quienes buscan una segunda oportunidad. Jonathan lo resume así: “No importa de dónde venga uno, siempre se puede empezar de nuevo”.

Para acceder a más contenido visita Actualidad