¿Impacto empresarial? Con un mínimo alto las cuentas tampoco cuadran

Desde antes de sentarse a la mesa de negociación se sabía que no se iba a llegar a un acuerdo, pues, por un lado, los empresarios iban con una cifra de un salario mínimo basado en el IPC y las cifras de productividad y la inflación, una fórmula que se ha aplicado por años, pero, por el otro, las centrales obreras y el Gobierno acolitaban la cifra de 2 dígitos, pero la ñapa del asunto fue el denominado salario vital.

Antecedente: Aumento del 23.7 % en salario mínimo para el año entrante

Y claro, el Gobierno decidió esa cifra por decreto, tal cual lo anunció el presidente Gustavo Petro, al informar que el aumento del salario mínimo para el 2026 quedó en un 23,78 %, lo que significa que alrededor de unos 2,3 millones de trabajadores que devengan el mínimo, ganarán una cifra redonda de $ 2.000.000, contando con el subsidio de transporte.

Ahora bien, si quitamos ese subsidio, porque no todo el mundo se lo gana, el salario base es de $ 1.746.882.

Impactos

Puede que la noticia alegre a quienes ganan el mínimo, pues de entrada sabrán que van a ganar más. Pero ojo, hay que tener bien los pies sobre la tierra, pues ese aumento también tiene impactos directos a lo que tenemos que gastar, es decir, así como se gana más, se termina gastando más.

Tenga en cuenta que con el aumento del mínimo aumenta en igual porcentaje cobros como multas de tránsito, peajes y los arriendos (siempre y cuando ya se haya cumplido el tiempo de renovación del contrato).

En algunos conjuntos residenciales, las asambleas de copropietarios han decidido ajustar las cuotas de administración basadas en el aumento del mínimo y algunas instituciones educativas privadas también lo toman como base para las pensiones.

Oliver Pardo, director del Centro Javeriano de Competitividad, advirtió que un incremento muy alto en el salario mínimo, como el que se decretó, terminará llevando a un aumento en la informalidad, que desde hace años tiene niveles alarmantes.

Esta delineada afirmación la realizó también María José Bernal, directora de la Federación Nacional de Comerciantes en Antioquia (Fenalco), asegurando que esto se tratará de una “masacre de empleos formales de la que va a ser víctima todo Colombia”.

De la misma manera lo hizo Jaime Alberto Cabal, director de Fenalco Nacional, asegurando que es una irresponsabilidad del Gobierno nacional.

Por su parte, el rector de la Universidad EIA - Escuela de Ingeniería de Antioquia, José Manuel Restrepo señaló que un aumento “desproporcionado”, llevaría a un “aumento abrupto de los informales en la economía y disminución de aquellos que reciben un salario mínimo”, teniendo en cuenta que eso impacta las pequeñas y medianas empresas.

Y eso sin contar el impacto que puede traer a quienes no ganan el mínimo, pues ellos dependen de los aumentos respectivos de las empresas, que están cercanos al IPC, pero entran perdiendo, pues el aumento les afectaría el poder adquisitivo.

Lo mismo sucederá con los trabajadores independientes, pues ellos cargan con la seguridad social, que se les va a aumentar considerablemente.

Puede que esos 2 millones suenen bien para muchos, pero amanecerá y veremos los verdaderos impactos que esto traerá en la economía para el 2026.

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