Un sueño hecho realidad: la historia de Mungos, la marca que nació por amor a un perrito

Si es de los que consienten a sus peludos, y en algún momento ha tenido que lucar con él para que coma, esta historia le va a encantar. En medio del bullicio del centro comercial Arkadia, se esconde un tesoro para las mascotas: la nueva tienda de Mungos. Y detrás de esta marca, hay una historia de amor, pasión y emprendimiento que nos demuestra que cuando las cosas se hacen con el corazón, los sueños se cumplen.

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Todo empezó hace más de 13 años. Andrés Múnera, un zootecnista paisa de pura cepa y el CEO de Mungos, se dio cuenta de algo. Había productos para mascotas en el extranjero que eran una maravilla, pero cuando llegaban a Colombia, ¡sus precios eran por las nubes! “La idea era hacer cosas que estaban haciendo por fuera, pero a un costo asequible para nosotros”, nos contó Andrés. Así nació la idea de crear productos innovadores con sabores, texturas y presentaciones diferentes, pero a un precio justo.

Pero la inspiración no fue solo un tema de negocios, fue algo mucho más personal. Andrés siempre ha tenido perros, y el primero con el que empezó este camino era un yorkie (yorkshire) “superquisquilloso para comer”. Cuando el perrito necesitaba vitaminas o algún suplemento, era un lío. Los productos que le mandaban eran en polvo o unas pastillas duras que jamás se comía. “Entonces dije, ‘tengo que hacer algo que Coqui se los pueda comer’”, recordó Andrés con una sonrisa. Fue ese amor por su perro el que lo impulsó a crear algo mejor.

Y ahí es donde Mungos se diferencia del resto. A pesar de que la materia prima no es 100 % colombiana (algunos principios activos se importan), la magia está en que todo el proceso de transformación se hace aquí. “Conseguimos acá, pero transformamos acá”, dijo Andrés. Al hacer ese híbrido, el canal se acorta, los costos bajan, y al final, el cliente y su mascota son los que se benefician.

Un negocio que genera empleo y da tranquilidad

La receptividad, tanto de los clientes como de los veterinarios, ha sido increíble. “Les gusta mucho que sea una marca colombiana, por lo que la mayoría son importadas”, nos explicó Andrés. Y lo más bacano es que la gente prueba los productos, ve los resultados en sus mascotas, y corren a contarle a sus veterinarios, quienes se sorprenden al ver que una marca local está haciendo un trabajo tan profesional y de calidad.

Mungos se toma tan en serio el tema de la calidad y la seguridad que todos sus productos están hechos con insumos aptos para el consumo humano. “A nosotros nos rige el ICA (Instituto Colombiano Agropecuario) y nos molestan mucho porque tenemos que tener unas buenas prácticas de manufactura súper pro”, afirmó Andrés.

¿Y por qué son tan exigentes? Pues porque saben que en cualquier casa, los niños o incluso los mismos dueños pueden llegar a probar los productos, y lo digo yo... a mi perro Milo hace poco le regalaron unas galletas de otra marca y un familiar vio que yo le estaba dando la galleta y me dijo: “Ven y qué es eso. Yo me lo comí ahorita y estaba como dura”; pero las que probamos (sí comimos) de este nuevo emprendimiento estaban buenas y olían bien rico.

Y no es solo el producto. El emprendimiento de Andrés, que empezó él solito, ahora da empleo a 42 personas. Y la meta es crecer a 60 para fin de año, porque todo se hace mediante proceso manual en su planta ubicada en La Estrella.

Una experiencia para vivir y compartir con tu peludo

En el punto de venta los dueños de mascotas y sus peludos pueden vivir una asesoría superpersonalizada de la mano de zootecnistas y asistentes de veterinaria. Ellos lo guiarán para que elija los productos según las necesidades de su mascota: si es un cachorro, si tiene problemas digestivos, si necesita algo para las articulaciones, la piel o el pelaje. Y lo mejor de todo, ¡los precios arrancan desde los $ 4000!

Mungos nos recuerda que la salud de nuestras mascotas es nuestra responsabilidad. “Realmente es necesario empezar a suplementarlas y ser conscientes de que la calidad de vida y el bienestar de ellos dependen de muchas cosas”, concluyó Andrés. Esta marca, que nació por amor a un perrito, hoy se ha convertido en un referente de emprendimiento y de calidad, demostrando que con pasión, se puede generar empleo y ofrecer productos justos que le hagan bien a la vida de nuestros mejores amigos.

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